Alexei Rybalkin, el corredor ruso del Lokosphinx, ganó en solitario la última etapa y la Vuelta al Bidasoa.
Rybalkin, que ya había dado muestras de su fortaleza a pesar de su pequeña talla, llegando a esta última etapa con el jersey de líder, dio todo un recital saliendo a todos los ataques de cierta seriedad que se produjeron a lo largo de la etapa, desmoralizando a sus oponentes, y marchándose en solitario en Erlaitz cuando y como quiso. Apabullante.